¿Sin energía? ¿Siempre cansado aunque duermas 8, 9 o hasta 12 horas? Es la situación de muchos y usualmente no sabemos identificar las razones de esta situación.
El sueño es un estado fisiológico, de reposo periódico y reversible, que se caracteriza por una reducción de la conciencia, de la actividad motora y de la reactividad sensorial. No es una situación pasiva, sino un estado activo en el que tienen lugar cambios de las funciones corporales y actividades mentales de enorme trascendencia para el equilibrio psíquico y físico de los seres humanos.
Se trata de una acción diaria importante que proporciona restablecimiento físico y emocional, ahorro de energía y consolidación de los recuerdos almacenados durante la vigilia.
Si te despiertas cansado, es probable que no hayas dormido bien y esto puede producir diferentes trastornos como dificultad de concentración y de memoria, disminución del rendimiento, fatiga y cambios en el carácter.
Acá te explicamos algunas opciones que pueden ayudarte a entender el por qué sucede esto.
1. Deshidratación:
Sabemos que es importante beber agua durante el día pero seguramente no sabías que esto influye en la calidad de tu sueño y en la cantidad de energía que puedas tener mientras estés despierto. Si aún estás cansado después de dormir tus ciclos de sueño completos, es posible que debas aumentar tu consumo de líquidos. La cantidad necesaria depende de la persona, pero debes tratar de ir al baño al menos tres veces al día. Usualmente se recomiendan entre seis y ocho vasos de bebidas a base de agua, incluidos té y café, al día.
Sin una ingesta adecuada de líquidos, la presión sanguínea disminuye, lo que reduce la velocidad de suministro de oxígeno al cerebro y esto a su vez puede hacer que te sientas desanimado o cansado. Además, puedes despertar varias veces durante la noche por sed, interrumpiendo así tus ciclos de sueño.
2. Puede ser efecto del alcohol:
Muchos hemos escuchado o hemos aplicado la creencia de que una copa de vino de tres a cuatro veces por semana ayuda a relajarnos después de un día agitado. Si bien el alcohol te relaja inicialmente, puede comprometer la calidad de tu sueño. Esto puede suceder incluso si se obtienen las 7-8 horas recomendadas. Pero ¿por qué? Los productos químicos en el alcohol interrumpen tus ciclos de sueño y evitan que entres en el sueño profundo.
Por eso es recomendable no ingerir bebidas alcohólicas después de las 5pm.
3. Apnea del sueño:
Aunque es poco probable, ya que este trastorno afecta del 3 al 7% de la población, puede ser una razón por la que te despiertes sintiendo que no descansaste. Las personas que sufren de apnea del sueño se despiertan porque dejan de respirar entre cinco y cientos de veces por hora.
Suena más aterrador de lo que es, dormirás menos tiempo porque tu calidad de sueño está comprometida, pero no recuerdas haberte despertado, por lo que es difícil saber si estás padeciendo este trastorno.
Roncar, tener sobrepeso y despertarse con dolor de cabeza (causado por una falta nocturna de oxígeno) son síntomas de la apnea del sueño. Habla con tu médico si te suena familiar.
4. Siestas:
Una siesta puede aliviar el cansancio excesivo o una caída de energía durante el día, pero la duración de su tiempo de inactividad es crucial.
Se ha demostrado clínicamente que tomar una siesta por hasta 30 minutos es revitalizante, pero más que eso ya resultará en el paso a las etapas del ciclo de sueño más profundas donde interrumpirlas resulta desastroso para tu descanso en general y tu ritmo circadiano.
Despertar a mitad del ciclo puede hacer que te sientas aturdido y alterará la calidad y cantidad de sueño que puedas tener en la noche, así que si quieres dormir una siesta por más tiempo debes tomar una que dure aproximadamente 90 minutos para que al menos cumplas un ciclo de sueño completo.
5. Salud mental:
Trastornos emocionales como la ansiedad, el estrés o la depresión no necesariamente te hacen dormir más, lo que hacen es que irte a dormir o levantarte de la cama sea más difícil, y esto a su vez podría llevar a un exceso de sueño y/o a alteraciones de tu ritmo circadiano.
Por lo tanto, si te sientes excesivamente estresado antes de dormir, si te encuentras sin energía para afrontar un nuevo despertar o si le temes a un nuevo día, no tengas miedo de buscar ayuda u orientación profesional y hablar con tu médico de cabecera.
6. Deficiencia mineral:
Especialmente por la noche, nuestro organismo depende de un buen aporte de nutrientes y minerales para que el sueño y los procesos de regeneración asociados no se vean perturbados y podamos recuperarnos de forma óptima. Hay algunos minerales, como el magnesio, que desempeñan un papel vital en el mantenimiento de los niveles de glucosa en la sangre, la salud muscular y la concentración, por lo que su falta puede hacer que te sientas letárgico.
El magnesio se encuentra en los vegetales verdes, semillas de calabaza, pan y pasta integral, leche, carne y frutos secos, pero un suplemento también puede ayudar.
7. Falta de una cama y accesorios adecuados:
No tener un espacio adecuado, cómodo y seguro dónde dormir impacta totalmente tu calidad y cantidad de sueño y, en consecuencia, cómo te sientes al despertar y durante el día. La firmeza y soporte de tu colchón; si tus almohadas tienen la altura, temperatura y consistencia adecuada; si tus sábanas, edredones, duvets son lo suficientemente suaves, cómodos, regulan la temperatura y se mantienen limpias por más tiempo, son todos factores determinantes de cómo y cuánto duermes.
Por eso es que te recomendamos escoger siempre lo mejor, y lo mejor es Smart Bamboo. No solo cumplimos con todos los estándares y requisitos de calidad ya mencionados para asegurarte un buen dormir y un descanso excelente, sino que también tenemos una enorme cantidad de valor agregado a nuestros productos: son elaborados con la más alta tecnología, hechos de bambú que es un material de origen natural con múltiples propiedades beneficiosas para la salud (hipoalergénico, antifúngico, antibacteriano), súper resistentes y responsables con el cuidado del planeta.
