Todos hemos escuchado hablar de los ácaros, pero ¿qué tanto nos preocupamos por su presencia? Son tan, pero tan pequeños, que a veces hasta se nos olvida que existen; tanto, que dejamos de cambiar nuestra ropa de cama por semanas.
A nadie le gusta pensar en que duerme rodeado de MILLONES de organismos microscópicos que se alimentan de la piel muerta y del cabello, o de la caspa de los animales. De pensarlo se nos enchina la piel, ¡pero no hacemos nada para evitarlo!
Los ácaros necesitan un ambiente húmedo para sobrevivir, por lo que la cama, almohadas, alfombras, peluches y sillones de tela son el hogar “perfecto” para estos seres. Son indetectables a simple vista, pero sabemos que hay ácaros cuando tenemos “alergia” por las noches o irritaciones en la piel.
¿Qué son los ácaros?
Los ácaros son un grupo diverso y poco apreciado de artrópodos que pertenecen a la clase Arachnida. Aunque su tamaño generalmente oscila entre 0.1 y 0.5 milímetros, su presencia es prácticamente omnipresente en todos los ecosistemas terrestres y acuáticos, lo que incluye una amplia variedad de ambientes, desde el suelo hasta los hogares humanos. A pesar de su tamaño diminuto, los ácaros desempeñan un papel esencial en la descomposición de materia orgánica, la polinización, la enfermedad y la alergia, lo que los convierte en un tema de gran interés científico y médico
Son primos lejanos de las arañas y garrapatas, pero debes saber que no son parásitos y que, a diferencia de las chinches y piojos, no muerden, ni pican, tampoco son contagiosos, ni viven en el cuerpo humano. Entonces, ¿qué causa las alergias? Pues, nada más y nada menos que… ¡partes de su cuerpo y excremento!
¡Y aún hay más que debes (aunque no quieras) saber!
Los ácaros se albergan en lugares húmedos, como mencionamos anteriormente, pero pueden transportarse por el aire, así que no es suficiente con sacudir las sábanas, almohadas y alfombras. ¡Hay que limpiar a profundidad y con regularidad!
Importancia Médica y de Salud
Los ácaros también tienen un impacto significativo en la salud humana. El ácaro del polvo (Dermatophagoides pteronyssinus y Dermatophagoides farinae) es una de las principales fuentes de alergias en todo el mundo. Sus excrementos y restos de piel pueden desencadenar reacciones alérgicas en algunas personas, lo que resulta en síntomas como estornudos, congestión nasal, picazón en los ojos y erupciones cutáneas.
Además de las alergias, los ácaros también pueden transmitir enfermedades a través de picaduras o como vectores de patógenos. Los ácaros de la familia Ixodidae, conocidos como garrapatas, son conocidos por transmitir enfermedades como la enfermedad de Lyme y la fiebre de las Montañas Rocosas.
¿Sientes la necesidad de quitar las sábanas de tu cama y echarlas a lavar? Es una gran idea, pero quizá también debas prestar atención a tus almohadas, ya que aun si cambias la funda, con el paso de los años puede acumular ácaros, hongos, pelo de mascota, piel muerta, etc.
Esto les puede causar secreción y congestión nasal, picazón en la piel y ojos irritados. ¿Tienes alguno de estos síntomas? Si la respuesta es un sí rotundo, te invitamos a que urgentemente cambies tu almohada, pero si tu respuesta es no, te invitamos a seguir leyendo para que tengas en cuenta los puntos para cambiarla antes de que tu salud se vea afectada.
Aquí te presentamos 3 aspectos que debes considerar para mejorar tu salud y tu descanso.
Si tu almohada tiene más de dos años desde que la compraste
El paso del tiempo es algo que no solemos considerar en nuestra ropa de cama, pensamos que pueden permanecer un mes puestas y no pasa nada. Si tu almohada tiene más de dos o tres años, tienes que saber que ya dejó de cumplir su función, ya no te brindará el soporte que necesitas, por no hablar de la acumulación de polvo y otros microorganismos dañinos para la salud.
Nuestras necesidades cambian
Conforme crecemos nuestras necesidades y prioridades cambian. Pasamos de depender de nuestros padres a ser “independientes”, hasta que somos (más o menos) autosuficientes. Si tu salud es lo más importante, entonces debes considerar cambiar tu ropa de cama y almohadas; que sean cómodas, a un precio razonable, y que ayuden a cuidar de tu salud y del medio ambiente.
Que esté hecha con productos naturales
En este caso es importante fijarnos en los materiales. Por ejemplo, nuestras almohadas están rellenas de espuma de memoria libre de tóxicos, transpirables y ligeras, con una funda elaborada con fibras de bambú, lo que la hace fresca al tacto, antibacteriana e hipoalergénica, pues ayuda a repeler el polvo y los ácaros.
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Nuestras almohadas ajustables (Blend, ABC y Lego) están rellenas de espuma de memoria que se puede estirar para adaptarla a tu postura al dormir; ya sea de lado, boca arriba o boca abajo. Procura siempre mantener una postura en la que tu cabeza, cuello y espalda estén alineadas.
Elaboradas especialmente para las personas que aman dormir en almohadas frescas. Sabemos que uno de los factores que impiden un descanso adecuado es la temperatura y las almohadas convencionales no disipan el calor, concentrándose en nuestra cabeza y cuello, lo que hace muy incómodo dormir. Nuestras almohadas termorreguladoras se conservan frescas toda la noche y su funda es removible para un fácil lavado.
Dormir con aroma a lavanda, coco o jazmín hará que tu despertar sea más feliz. Nuestras almohadas infusionadas están pensadas para ayudarte a reducir tus niveles de estrés y ansiedad, promoviendo un descanso profundo y placentero. Sus cientos de orificios permiten mayor ventilación y flexibilidad. ¿Una almohada puede hacer eso? ¡La respuesta es sí!
Dile adiós al mal humor de una vez por todas y de paso, duerme con la tranquilidad y seguridad que solo las Smart Bamboo te brindan.