
Que el estrés no te quite el sueño. Déjalo en el trabajo
Share
La vida adulta nos exige diariamente hacer una y mil cosas: trabajo, hijos, hogar, compromisos familiares, proyectos personales, etc. Poder con todo esto diariamente conlleva trabajo, disciplina y sacrificio, y aunque las recompensas para nuestra vida son grandes, las consecuencias de tener una rutina tan ocupada pueden causarnos estrés, preocupación y reducir nuestro tiempo y calidad de descanso, lo que podría traducirse en consecuencias perjudiciales para nuestra salud.
El estrés en sí es una reacción fisiológica positiva y normal de nuestro cuerpo a una situación de peligro, que nos lleva a un estado de alerta del que nos recuperamos después de que dicha amenaza desaparece; el problema se encuentra cuando esa sensación de peligro persiste, pues el estrés está relacionado con diversas enfermedades y padecimientos.
Cuando hablamos de trabajo, las cifras de estrés laboral son muy altas, y están asociadas a una gran carga de tareas y muchas veces al tiempo que pasamos trabajando, provocandonos una sobrecarga de estrés que se traduce en disminución de nuestro tiempo libre, tensión e irritabilidad.
Los seres humanos expresamos el estrés que sentimos de múltiples maneras: Nerviosismo, sudoración, músculos tensos, el ritmo cardiaco y la presión aumentan y cuando la situación nos sobrepasa síntomas como dolor de cabeza, dolor muscular, fatiga o hasta insomnio. Es aquí cuando el estrés laboral puede volverse un problema.
Te truena todo
Estar sentado por horas frente a una computadora o sostener por mucho tiempo el celular, así como una falta de ejercicio físico y estiramiento diario tiene consecuencias para nuestros músculos y articulaciones, que pueden sobre-tensarse y atrofiar su movimiento natural, produciendo contracturas, problemas cervicales, de hombros, espalda, muñecas y más, y generándonos molestia y dolor.
Cansancio crónico
Estar cansado todo el tiempo tiene muchas posibles causas, pero las más recurrentes suelen estar asociadas a un mal descanso por las noches debido a dormir menos de 7 horas (la cantidad recomendada), la temperatura de tu habitación no es la adecuada, el poco confort que tu ropa de cama y colchón te ofrecen o estar mucho tiempo en el teléfono cuando ya estás acostado.
Aunque claro, como expertos en el descanso sabemos que cuando tenemos una buena rutina de sueño y esta fatiga persiste, debemos ir al médico.
Insomnio
Una de las grandes consecuencias del estrés laboral es la dificultad que genera para conciliar el sueño por las noches o microdespertares, que a su vez, provocan fatiga, irritabilidad y estrés al día siguiente, que se va acumulando e impide un descanso óptimo por la noche... Es como un círculo vicioso.
A partir de los 40 años el ritmo circadiano empieza a cambiar y esto puede generar microdespertares y que la duración del sueño sea un poco más corta, pero no debería afectar nuestra energía y calidad de vida al día siguiente.
Ante este tipo de escenarios, ¿Qué podemos hacer para disminuir el estrés y mejorar nuestra calidad de vida y descanso? En Smart Bamboo queremos que mejores tu calidad de vida y liberes tus metas sin importar que tan movido pueda ser tu trabajo y tu día a día, por eso, aquí te van algunos consejos para dejar la presión a donde pertenece: exclusivamente a las horas de trabajo:
Para el “truc truc”
- Practica estiramientos: Si ya forzaste a tu cuerpo a pasar varias horas sentado, es importante que procures moverlo aunque sea un poco todos los días; y aunque lo más recomendable es realizar algún tipo de ejercicio como correr, nadar, bailar, pesas, box o el que más se acomode a ti, sabemos que trabajar demasiado a veces no deja tiempo para ello. Por eso, te recomendamos que al menos practiques yoga o alguna rutina de estiramientos todos los días. Verás como tu flexibilidad y fortaleza corporal aumentan y los dolores disminuyen.
- Cambia tu colchón: Lo mínimo que puedes hacer por tu cuerpo es darle un lugar de descanso por las noches que distribuya bien tu peso y no aumente la presión en tu columna. Para ello, cualquiera de nuestros colchones es perfecto, pues distribuirá tu peso de manera equilibrada para que tu cuerpo tenga suficientes puntos de apoyo.
- Una almohada cervical: Si padeces de la espalda o las cervicales debido a la postura de oficina, una almohada cervical te ayudará a alinear tu cuello, cabeza y columna mientras duermes, haciéndote despertar sin dolor al día siguiente.
Para el cansancio crónico
- Unas buenas sábanas: Sábanas que sean sedosas y suaves como nuestras Sábanas 100% Bamboo o Blend ayudarán a tu cuerpo a relajarse dentro de tu cama.
- Buenas almohadas: Los expertos recomiendan cambiar la almohada una vez al año debido al desgaste y deformación que sufre. Nuestra Almohada Blend con relleno personalizable es perfecta para no lastimar tu columna o cuello en cualquier posición que duermas: de lado, boca abajo o boca arriba.
- Luz y temperatura: La temperatura en una habitación ideal para dormir oscila entre los 17 y 20 grados centígrados, y la ausencia de luz facilita el sueño. Adecuando tu habitación a estos sencillos requerimientos seguro extiendes tu tiempo de descanso.
Para el insomnio
- Practica ejercicios de respiración: Una rutina de ejercicios relajantes que te permitan concentrarte en tu respiración eliminarán esos pensamientos que te generan estrés, permitiendo a tu cuerpo relajarse y entrar en el sueño profundo.
- Sin celular: La luz azul de los celulares puede inhibir la melatonina, hormona indispensable para dormir. Desconectarse al menos una hora antes de acostarse puede ser la clave para disminuir el estrés e incentivar el sueño.
- Una almohada que te abrace: Está científicamente comprobado que dar abrazos genera oxitocina, lo que nos ayuda a relajarnos y por ende dormir mejor. Una almohada de tamaño natural como nuestra Almohada Body, puede ayudarnos en esas noches en las que nos sintamos estresados y necesitemos comodidad extra.
Sin duda la edad más productiva de nuestra vida puede ser también la más estresante, pero tener buenos hábitos de descanso y bienestar nos ayudarán a renovar nuestra energía y por ende, ser aún más productivos.